Después de un par de años estables, debido a la falta de personal cualificado en el sector de la obra y la escasez de material técnico fundamental, los costes para la fabricación de la vivienda aumenta, al igual que el tiempo en realizar dicha construcción. Todo esto, podría llegar a afectar el precio de la vivienda.

Los costes directos de construcción vuelven a aumentar tras dos años de estabilidad
Tras un periodo de estabilidad prolongado durante dos años, los costes directos de construcción han vuelto a registrar un aumento, cerrando 2024 con un incremento del 4,2%. Esta subida se debe principalmente a la escasez de mano de obra especializada y al aumento de los precios de materiales imprescindibles como el hormigón. Así lo indica el Índice de Costes Directos de Construcción elaborado por ACR, que alcanzó los 175,86 puntos, frente a los 168,78 registrados al cierre de 2023.
Este encarecimiento está teniendo un impacto directo en los márgenes de beneficio de constructoras y promotores, que ven cómo se ralentiza el inicio de nuevas promociones, un fenómeno que muy probablemente acabará afectando al precio final de la vivienda.
Guillermo Jiménez, director general de ACR, afirma que «uno de los principales factores detrás de este aumento es el crecimiento del coste de la mano de obra», impulsado por la creciente demanda de trabajadores especializados o capaces y la escasez de estos perfiles en el sector. A ello se suma el incremento en los precios de materiales fundamentales como el acero corrugado, hormigón y los morteros de cemento.
Según detalla la compañía, el índice ha retomado la tendencia ascendente que ha definido la última década, con la única excepción de 2020, cuando la pandemia provocó una caída del 2,4%. Tras los fuertes incrementos registrados en 2021 (19%) y 2022 (12,7%), en 2023 el crecimiento fue mucho más moderado, situándose en el 0,9%.
Desde el año 2020, los costes de construcción han acumulado un aumento cercano al 40%, como resultado de la recuperación tras la pandemia, la crisis en las cadenas de suministro y la guerra en Ucrania.
Previsiones para los próximos meses
Desde ACR prevén que los costes seguirán aumentando, ya que se espera que el precio de las materias primas continúe subiendo. A esto se suma la incertidumbre provocada por la inestabilidad geopolítica global, cuyo efecto aún no se ha producido por completo.
Además, el comienzo de nuevos desarrollos inmobiliarios aumentará la presión sobre la disponibilidad de profesionales cualificados y de recursos necesarios para realizar las obras. En palabras de Guillermo Jiménez, «la falta de mano de obra no solo está encareciendo los costes, sino que también retrasa la entrega de nuevas viviendas», un problema que va a peor debido al desajuste creciente entre la oferta y la demanda, impulsado por factores demográficos, lo que dificulta aún más el acceso a la vivienda en España.
La industrialización como solución emergente
En este escenario de escasez de profesionales y necesidad urgente de ampliar la oferta de vivienda, la construcción industrializada se presenta como una solución efectiva. Este modelo permite reducir los tiempos de ejecución entre un 25% y un 30%, lo que contribuye a que más proyectos se lleven a cabo en un menor tiempo.
A pesar de su potencial, la adopción de esta metodología todavía es limitada en sector. Sin embargo, sus beneficios son numerosos: entre ellos, la necesidad de menos personal en la obra (entre un 50% y un 70% menos durante la fase de estructura y fachada, dependiendo del proyecto), lo que ayuda a mitigar la escasez de trabajadores.
Además, trasladar la producción a entornos como fábricas, mejora notablemente las condiciones laborales, ofreciendo mayor seguridad, comodidad e higiene, lo que puede hacer la profesión más atractiva para nuevos perfiles, y por tanto, de alguna forma, solucionar esta sequía de personal cualificado en el sector.