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Las nuevas políticas fiscales orientadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) afectarán tanto a empresas como a consumidores. Impuestos como el aplicado a los envases de plástico no reutilizable o el incremento en los costos del transporte tendrán un impacto directo en el costo de la vida. Sin embargo, con planificación y cambios en los hábitos diarios, las familias pueden minimizar estos efectos y proteger su patrimonio.

Medidas fiscales que afectan al día a día de las familias

Impuesto al plástico de un solo uso: Con un gravamen de 0,45 euros por kilogramo, este impuesto encarece productos como botellas, bolsas y envases no reutilizables.

Incremento en los costos de transporte y distribución: Los productos que dependen de combustibles fósiles para su transporte, como alimentos importados, están experimentando alzas en sus precios.

Costos energéticos: Las políticas climáticas también podrían derivar en aumentos de las facturas de electricidad o calefacción, especialmente para quienes dependan de fuentes de energía no renovables.

Cómo puede una familia implementar estrategias para minimizar el impacto

1. Optimizar el uso de plásticos y buscar alternativas:

• En lugar de comprar agua embotellada de plástico, una familia puede adquirir botellas reutilizables de acero inoxidable o vidrio. Esto supone una inversión inicial, pero genera ahorros significativos al evitar compras recurrentes.

• Sustituir las bolsas de plástico en las compras por bolsas reutilizables de tela o carrito de compra tradicional.

2. Planificar compras estratégicas:

• Antes de que los precios de ciertos productos aumenten por nuevos impuestos o restricciones, una familia podría adquirir materiales no perecederos en cantidades moderadas, como bolsas de basura o envases plásticos, para evitar compras más costosas en el futuro.

• Anticipar compras de bienes duraderos, como electrodomésticos más eficientes o electrodomésticos con etiqueta energética A+++, que a largo plazo reducirán el gasto en electricidad.

3. Reducir el consumo energético en casa:

• Cambiar bombillas tradicionales por LED de bajo consumo. Aunque son más caras inicialmente, duran más y consumen menos energía, reduciendo la factura eléctrica.

• Implementar hábitos de ahorro energético, como desconectar aparatos cuando no se usen, usar programas de lavado a baja temperatura y aprovechar al máximo la luz natural.

4. Apostar por alimentos locales y de temporada:

• Comprar frutas, verduras y carnes producidas localmente no solo reduce el impacto ambiental, sino que suele ser más económico que adquirir productos importados o fuera de temporada. Además, planificar los menús semanales permite reducir el desperdicio de alimentos y optimizar el presupuesto familiar.

5. Ahorrar en transporte:

• Si la familia depende de vehículos, optar por un modelo híbrido o eléctrico puede ser una inversión a considerar.

• Utilizar más el transporte público, bicicletas o caminar en distancias cortas reducirá los gastos asociados al combustible.

6. Educar y participar como familia:

• Introducir hábitos sostenibles en el hogar, como reciclar, compostar restos orgánicos o reducir el consumo de productos superfluos.

• Hacer del ahorro energético y la sostenibilidad un proyecto familiar: apagar luces juntos, crear huertos caseros o buscar alternativas a las compras innecesarias.

Un caso práctico: La familia García

La familia García, compuesta por dos adultos y dos niños, decidió actuar para reducir el impacto de los impuestos ambientales. Adquirieron botellas de acero reutilizables para cada miembro, lo que eliminó el gasto recurrente en agua embotellada. Cambiaron sus bombillas a LED y ajustaron el termostato para ahorrar en calefacción. Además, se comprometieron a consumir productos locales y cocinar en casa, reduciendo el gasto en alimentos importados y en restaurantes. Como resultado, lograron reducir sus gastos mensuales en un 15%, reduciendo también su huella de carbono.

Conclusión:

Pequeños cambios en la vida cotidiana pueden marcar una gran diferencia para la economía familiar. Adoptar estrategias sostenibles permite a las familias proteger su patrimonio frente a los nuevos impuestos.