El laberinto de los paraísos fiscales

Paraísos fiscales. Cada vez que oímos hablar sobre ellos nos viene a la mente una palabra, impuestos.
En este artículo analizaremos los paraísos ficales en profundidad y como funcionan estos aliados de las grandes multinacionales.
Empecemos por lo básico, como todos sabemos, en la mayoría de países se pagan impuestos, lo cual no implica que se pague lo mismo en todos. Sin ir más lejos, el tipo general del Impuesto sobre Sociedades en España es del 25%, pero, por ejemplo, en Andorra las empresas tributan por el 10 % de sus beneficios, e incluso el 2 % para algunas sociedades. Por otro lado, en Andorra, durante el primer año de vida de una empresa únicamente se pagará el 50 % de este impuesto (y solo si tienen base imponible positiva). En esta web podrás encontrar lo que se paga de Impuesto sobre Sociedades en cada país.
Es probable que ya te estés haciendo una idea de por qué a las grandes fortunas les interesan tanto estos paraísos fiscales, aunque este término es algo subjetivo, ya que cada país considera paraísos fiscales a una serie de países, en el caso de España se publica en el BOE un listado de los que son considerados como tales en nuestro territorio.
En resumen, podemos definir un paraíso fiscal como un estado (son generalmente pequeños, islas y con poca industria) que reúne las siguientes 3 características:
-No imponen tributos o son extremadamente bajos.
-Falta transparencia a la hora de intercambiar información fiscal con otros estados.
-Recibes beneficios fiscales pese a no residir allí.
Hasta aquí todo correcto, pero ahora es cuando entran en juego las empresas offshore (también llamadas empresas fantasma o pantalla), estas empresas se caracterizan por existir solo en papel, no tienen trabajadores ni ofrecen ningún servicio o producto y sirven para evitar registrar el origen del dinero, expliquémoslo con un ejemplo:
Un empresario (E) con mucho dinero tiene una empresa (C) en un paraíso fiscal a nombre de un testaferro, que es una persona a la que E paga para que aparezca a su nombre la empresa C (aunque a veces el propio paraíso oculta el nombre del dueño), la cual es una filial de una empresa B (ubicada en otro paraíso fiscal y a nombre de otro testaferro) y así sucesivamente. Esto crea unos entramados indescifrables y es prácticamente imposible saber de dónde viene el dinero, precisamente por la opacidad de estos países a la hora de facilitar información fiscal a otros estados.
De hecho, según un estudio elaborado por economistas de las universidades de California, Berkeley y Copenhague, el 60% de los beneficios amasados por las compañías de EEUU se declaran en otros países, para ello, tienen que traspasar los activos intangibles (patentes, fórmulas, algoritmos) de la empresa original a la que está basada en un paraíso fiscal y a partir de ahí, la empresa del paraíso fiscal cobrará a la empresa original por el uso de esos activos intangibles pasando con ello el beneficio de un país a otro. Obviamente la burocracia aquí es infinita y este proceso es algo más largo y complejo, pero, en resumen, funciona así.
Aunque esta práctica parezca ilegal, en la mayoría de casos no lo es, aunque algunos delincuentes usan los paraísos fiscales para ocultar dinero de negocios clandestinos y eso sí que es ilegal; otro asunto es lo ético o no ético que nos parezca esto, ya que las multinacionales evaden muchos impuestos de ingresos generados en países no calificados como paraísos fiscales mientras que el resto de ciudadanos de a pie tiene que seguir pagando sus impuestos rigurosamente.